Comenzó hace más de una década. En ese tiempo, Linux, un sistema operativo iniciado por Linus Torvald y continuado por miles de voluntarios en todo el mundo, empezó a tomar forma y a ganar adeptos.
Linux está hecho bajo una filosofía donde se considera que el conocimiento, la tecnología y el software deben ser de código abierto. Esta idea se introdujo poco a poco en el ámbito universitario, entre diversos estudiantes que generaron comunidades de linuxeros.
El linuxero, quien utiliza habitualmente el sistema operativo Linux, suele ser un usuario experto o avanzado, gustoso de cooperar en actividades relacionadas, como el desarrollo y la promoción del software libre.
Algunos líderes reconocidos entre los linuxeros mexicanos son Fernando Romo, Sandino Araico, José Luis Chiquete y Miguel de Icaza, este último promotor del software libre Gnome. Muchos de ellos ahora se dedican, con éxito, a cuestiones empresariales.
José Luis Chiquete, por ejemplo, es vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresarios de Software Libre (Amesol). Desarrolla programas desde su empresa Open Intelligence y conoce a fondo la subcultura de Linux en México.
Continúa la aventura
El uso de Linux ha crecido en poco tiempo, pero ¿qué sucede en México?
"Los linuxeros de hace 10 años eran chamaquitos que lo que querían era buscar la aventura del conocimiento, el saber y la tecnología. Los linuxeros del día de hoy siguen siendo estos mismos entusiastas, además de grandes empresas, que están utilizándolo como una plataforma tecnológica avanzada", comenta Chiquete.
Linuxero ya no sólo es el estudiante de una universidad, el usuario o el programador avanzado, sino también empresas como IBM, HP y Novell, que dentro de su infraestructura tecnológica están utilizando este poderoso sistema operativo.
De esta manera, el mayor uso de Linux es un fenómeno reciente en México, y para muestra un botón: en febrero de este año se realizó, por primera vez en América Latina, Linux World, dentro de ExpoComm 2006.
La llegada de Linux World puede considerarse como el "bautizo de fuego" de este sistema operativo en el ámbito empresarial
"En Amesol existen 25 ó 30 empresas que ya damos servicios corporativos de software libre y de Linux. Contando a las que no están dentro de la asociación, calculo que debe haber entre 70 y 80 empresas mexicanas serias, en este momento", dice Chiquete.
Piratería, el principal enemigo
Como en toda la industria del software, los programas ilegales representan el lado oscuro del desarrollo.
"La principal traba para el desarrollo de Linux en México es la piratería. ¿Por qué? Pues porque nosotros estamos hablando de libertad de licenciamiento; estamos hablando de software que no requiere de una licencia, pero la piratería tampoco la necesita, y la plataforma instalada de software propietario pirata todavía es mucho mayor", afirma Chiquete.
Explica que el problema con los sistemas comerciales es que son más conocidos y populares entre los usuarios comunes. Mucha gente lo único que tiene que hacer es ir al mercado de enfrente, comprar una copia ilegal y pedirle al amigo o al vecino que la instale.
Desde luego, esta opinión la comparten representantes del software propietario como Kiyoshi Tsuru, director general de la BSA (Business Soft- ware Alliance) en México, país en el que aproximadamente siete de cada 10 computadoras usa programas piratas.
"Los creadores mexicanos de soft- ware tienen que entrar al mercado nacional con un ‘handycap’ en contra, que es pelear contra sus propios nacionales piratas. Entonces, ya no me hablen de exportar: se están peleando por el 35% del mercado", afirma el ejecutivo.
"Con Linux se tiene gente con un alto nivel técnico de especialización que, a corto plazo, debido a la piratería, resulta ser más cara, porque nuestra primera ventaja, que era el licenciamiento libre, lo obtienes también a través de la compra de productos piratas", explica el vicepresidente de la Amesol.
Después de la piratería, la segunda traba es la de la falta de información. Por eso, es preciso presentar a los usuarios corporativos y de gobierno opciones reales basadas en Linux, listas para ser utilizadas, plenamente soportadas y probadas.
"Aquí en México, nuestros planes a futuro tienen mucho que ver no con obligar o imponer nuestra tecnología respecto a la competencia, sino con la competencia misma. Nos interesa mucho que a nivel gubernamental y empresarial se den cuenta de que somos una opción viable dentro del mercado", observa Chiquete.
Competencia tecnológica
En México, Linux se trabaja mediante una política gubernamental de neutralidad tecnológica. No se busca imponer nada, sino hacer del software de código abierto una opción más en el mercado. Esta vía es un poco más tardada en su adopción, motivo por el cual se está rezagado frente a otros países como Brasil y la India.
"Una vez que garanticemos la interoperatividad en un nivel más alto de conocimiento, la tecnología o la plataforma tecnológica es independiente. Entonces, podemos empezar a hablar de competencia tecnológica, donde, al tú por tú —no porque sea gratis o porque sea libre, sino por sus propios fueros, por sus propios beneficios tecnológicos—, Linux y el software libre tomarán sus lugares y nichos que le corresponden", predice el entrevistado.
Mitos alrededor de Linux
En torno al uso del software de código abierto como Linux existen, principalmente entre quienes no son usuarios habituales, tres mitos a destacar.
El primero de ellos es que genera, por sí mismo, autonomía tecnológica. Esto, en opinión de Chiquete, es totalmente falso.
"Si nosotros no formamos una base de conocimiento del software libre, si no nos volvemos desarrolladores más que usuarios, simplemente va a continuar una dependencia tecnológica, y eso no garantiza la autonomía de ninguna región o país. Para que realmente el software libre funcione como un detonador de autonomía, se requiere de un compromiso serio y de un plan de educación", argumenta.
Explica que el segundo mito consiste en que el software libre y Linux son seguros: "cualquier sistema, por bueno que sea, realmente no va a funcionar si no existe una persona atrás y una organización que realmente tome por sí misma una cultura".
"La seguridad no se vende en cajas, y si yo te dijera que te vendo un Linux que es seguro de aquí a 10 años te estoy mintiendo. Todo depende de cómo lo administres, de las políticas que apliques y entonces, sí, podemos hablar de seguridad. Te podemos decir que Linux es muy seguro, pero es tan seguro como el administrador y el usuario quieran", comenta.
El tercer mito es que Linux es gratis o pirata. Definitivamente, todo conocimiento requiere de un esfuerzo de aprendizaje frente a la computadora, o del gasto en una consultoría.
No obstante, con Linux se tiene la opción de que es posible aprender personalmente, cuando no se pueden comprar servicios profesionales, es claro que va implícito un costo de tiempo y recursos.
¿Dónde empezar?
De acuerdo con Chiquete, los interesados en convertirse en linuxeros pueden comenzar visitando un portal interactivo que funge como punto de encuentro entre el conocimiento, la comunidad y la industria de habla hispana interesada en Linux y el software libre: www.linuxparatodos.net.
También están disponibles algunas listas de correo especializadas en Linux, donde es posible acudir y suscribirse para interactuar con otros usuarios, compartir opiniones, hacer preguntas y obtener respuestas de carácter técnico: www.linux.net.mx/listas.php.
Por último, pueden visitarse sitios como el de la cofradía digital (www.cofradia.org) uno de los centros de comunicación de los linuxeros en el país.
En este portal se discute no sólo sobre Linux y demás software libre, sino también de política, música e incluso literatura. Otras comunidades importantes a escala regional se organizan, por ejemplo, en el Grupo Linuxero del Bajío (glib.org.mx).
Los linuxeros de hace 10 años eran chamaquitos que lo que querían era buscar la aventura del conocimiento, el saber y la tecnología"
José Luis Chiquete/Vicepresidente de Amesol
Los creadores mexicanos de software tienen que entrar al mercado nacional con un ‘handycap’ en contra, que es pelear contra sus propios nacionales piratas"
Kiyoshi Tsuru/Director general de la BSA
Linux está hecho bajo una filosofía donde se considera que el conocimiento, la tecnología y el software deben ser de código abierto. Esta idea se introdujo poco a poco en el ámbito universitario, entre diversos estudiantes que generaron comunidades de linuxeros.
El linuxero, quien utiliza habitualmente el sistema operativo Linux, suele ser un usuario experto o avanzado, gustoso de cooperar en actividades relacionadas, como el desarrollo y la promoción del software libre.
Algunos líderes reconocidos entre los linuxeros mexicanos son Fernando Romo, Sandino Araico, José Luis Chiquete y Miguel de Icaza, este último promotor del software libre Gnome. Muchos de ellos ahora se dedican, con éxito, a cuestiones empresariales.
José Luis Chiquete, por ejemplo, es vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresarios de Software Libre (Amesol). Desarrolla programas desde su empresa Open Intelligence y conoce a fondo la subcultura de Linux en México.
Continúa la aventura
El uso de Linux ha crecido en poco tiempo, pero ¿qué sucede en México?
"Los linuxeros de hace 10 años eran chamaquitos que lo que querían era buscar la aventura del conocimiento, el saber y la tecnología. Los linuxeros del día de hoy siguen siendo estos mismos entusiastas, además de grandes empresas, que están utilizándolo como una plataforma tecnológica avanzada", comenta Chiquete.
Linuxero ya no sólo es el estudiante de una universidad, el usuario o el programador avanzado, sino también empresas como IBM, HP y Novell, que dentro de su infraestructura tecnológica están utilizando este poderoso sistema operativo.
De esta manera, el mayor uso de Linux es un fenómeno reciente en México, y para muestra un botón: en febrero de este año se realizó, por primera vez en América Latina, Linux World, dentro de ExpoComm 2006.
La llegada de Linux World puede considerarse como el "bautizo de fuego" de este sistema operativo en el ámbito empresarial
"En Amesol existen 25 ó 30 empresas que ya damos servicios corporativos de software libre y de Linux. Contando a las que no están dentro de la asociación, calculo que debe haber entre 70 y 80 empresas mexicanas serias, en este momento", dice Chiquete.
Piratería, el principal enemigo
Como en toda la industria del software, los programas ilegales representan el lado oscuro del desarrollo.
"La principal traba para el desarrollo de Linux en México es la piratería. ¿Por qué? Pues porque nosotros estamos hablando de libertad de licenciamiento; estamos hablando de software que no requiere de una licencia, pero la piratería tampoco la necesita, y la plataforma instalada de software propietario pirata todavía es mucho mayor", afirma Chiquete.
Explica que el problema con los sistemas comerciales es que son más conocidos y populares entre los usuarios comunes. Mucha gente lo único que tiene que hacer es ir al mercado de enfrente, comprar una copia ilegal y pedirle al amigo o al vecino que la instale.
Desde luego, esta opinión la comparten representantes del software propietario como Kiyoshi Tsuru, director general de la BSA (Business Soft- ware Alliance) en México, país en el que aproximadamente siete de cada 10 computadoras usa programas piratas.
"Los creadores mexicanos de soft- ware tienen que entrar al mercado nacional con un ‘handycap’ en contra, que es pelear contra sus propios nacionales piratas. Entonces, ya no me hablen de exportar: se están peleando por el 35% del mercado", afirma el ejecutivo.
"Con Linux se tiene gente con un alto nivel técnico de especialización que, a corto plazo, debido a la piratería, resulta ser más cara, porque nuestra primera ventaja, que era el licenciamiento libre, lo obtienes también a través de la compra de productos piratas", explica el vicepresidente de la Amesol.
Después de la piratería, la segunda traba es la de la falta de información. Por eso, es preciso presentar a los usuarios corporativos y de gobierno opciones reales basadas en Linux, listas para ser utilizadas, plenamente soportadas y probadas.
"Aquí en México, nuestros planes a futuro tienen mucho que ver no con obligar o imponer nuestra tecnología respecto a la competencia, sino con la competencia misma. Nos interesa mucho que a nivel gubernamental y empresarial se den cuenta de que somos una opción viable dentro del mercado", observa Chiquete.
Competencia tecnológica
En México, Linux se trabaja mediante una política gubernamental de neutralidad tecnológica. No se busca imponer nada, sino hacer del software de código abierto una opción más en el mercado. Esta vía es un poco más tardada en su adopción, motivo por el cual se está rezagado frente a otros países como Brasil y la India.
"Una vez que garanticemos la interoperatividad en un nivel más alto de conocimiento, la tecnología o la plataforma tecnológica es independiente. Entonces, podemos empezar a hablar de competencia tecnológica, donde, al tú por tú —no porque sea gratis o porque sea libre, sino por sus propios fueros, por sus propios beneficios tecnológicos—, Linux y el software libre tomarán sus lugares y nichos que le corresponden", predice el entrevistado.
Mitos alrededor de Linux
En torno al uso del software de código abierto como Linux existen, principalmente entre quienes no son usuarios habituales, tres mitos a destacar.
El primero de ellos es que genera, por sí mismo, autonomía tecnológica. Esto, en opinión de Chiquete, es totalmente falso.
"Si nosotros no formamos una base de conocimiento del software libre, si no nos volvemos desarrolladores más que usuarios, simplemente va a continuar una dependencia tecnológica, y eso no garantiza la autonomía de ninguna región o país. Para que realmente el software libre funcione como un detonador de autonomía, se requiere de un compromiso serio y de un plan de educación", argumenta.
Explica que el segundo mito consiste en que el software libre y Linux son seguros: "cualquier sistema, por bueno que sea, realmente no va a funcionar si no existe una persona atrás y una organización que realmente tome por sí misma una cultura".
"La seguridad no se vende en cajas, y si yo te dijera que te vendo un Linux que es seguro de aquí a 10 años te estoy mintiendo. Todo depende de cómo lo administres, de las políticas que apliques y entonces, sí, podemos hablar de seguridad. Te podemos decir que Linux es muy seguro, pero es tan seguro como el administrador y el usuario quieran", comenta.
El tercer mito es que Linux es gratis o pirata. Definitivamente, todo conocimiento requiere de un esfuerzo de aprendizaje frente a la computadora, o del gasto en una consultoría.
No obstante, con Linux se tiene la opción de que es posible aprender personalmente, cuando no se pueden comprar servicios profesionales, es claro que va implícito un costo de tiempo y recursos.
¿Dónde empezar?
De acuerdo con Chiquete, los interesados en convertirse en linuxeros pueden comenzar visitando un portal interactivo que funge como punto de encuentro entre el conocimiento, la comunidad y la industria de habla hispana interesada en Linux y el software libre: www.linuxparatodos.net.
También están disponibles algunas listas de correo especializadas en Linux, donde es posible acudir y suscribirse para interactuar con otros usuarios, compartir opiniones, hacer preguntas y obtener respuestas de carácter técnico: www.linux.net.mx/listas.php.
Por último, pueden visitarse sitios como el de la cofradía digital (www.cofradia.org) uno de los centros de comunicación de los linuxeros en el país.
En este portal se discute no sólo sobre Linux y demás software libre, sino también de política, música e incluso literatura. Otras comunidades importantes a escala regional se organizan, por ejemplo, en el Grupo Linuxero del Bajío (glib.org.mx).
Los linuxeros de hace 10 años eran chamaquitos que lo que querían era buscar la aventura del conocimiento, el saber y la tecnología"
José Luis Chiquete/Vicepresidente de Amesol
Los creadores mexicanos de software tienen que entrar al mercado nacional con un ‘handycap’ en contra, que es pelear contra sus propios nacionales piratas"
Kiyoshi Tsuru/Director general de la BSA
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